Aunque la mejor idea a la hora de realizar el mantenimiento a una cerradura es contactar con un profesional, no deja de ser menos cierto que podemos aplicar ciertas técnicas caseras que no son ni muy complicadas ni invasivas, y pueden dar buenos resultados.
El primer aspecto recomendado por los especialistas es evitar el uso de lubricantes. Estos, lejos de provocar algún beneficio, son capaces de hacer que las mismas trabajen peor, debido a la posibilidad de que se creen incrustaciones que no son fáciles de extraer y que pueden provocar su pérdida total.
Sin embargo, el polvo de grafito sí que es una buena técnica para aumentar su nivel de suavidad en torno al contacto con la llave. Esto quiere decir que cuando las llaves se quedan trabadas con frecuencia, este método puede resultar bastante útil para evitar que se genere un atasco final que sea más difícil de corregir.
En caso de que la cerradura tenga polvo acumulado en el exterior, se puede limpiar fácilmente con un paño de algodón humedecido ligeramente con agua. No harán falta detergentes, desengrasantes, lejías ni cualquier otro producto de este tipo.
Tips para mantener funcional una cerradura
La función de las cerraduras es proteger cierto lugar de la entrada de intrusos. Se utilizan desde hace mucho tiempo para el resguardo de pertenencias o para mantener la intimidad, como en una habitación.
Sin embargo, muchas personas pueden tener dudas sobre lo que es correcto y lo que no al utilizarlas. Para ellas y para los que buscan siempre aprender cosas nuevas, le traemos los siguientes tips.
La instalación
Existe una gran cantidad de modelos de cerraduras de las que puedes escoger la más funcional para cada necesidad. Evidentemente no será la misma condición para la puerta de entrada a la casa que para la de una habitación.
En este sentido, es siempre tener a disposición un cerrajero cercano a tu residencia. Existen en toda España cerrajeros profesionales que brindan servicios a distintos municipios.
Al momento de instalar a las cerraduras no se les puede dar golpes para que entren en el agujero que tiene la puerta. Esta acción puede causar daños serios a su presentación externa, pero también a su mecánica interna.
Uso de llaves
Las cerraduras traen de fábrica una cantidad de llaves originales, que suelen ser tres o más. Estas llaves deberían estar en perfecto estado, así como las copias que puedan sacarse posteriormente para complementar la distribución entre los miembros de la familia.
Pues bien, un acto que no debe permitirse es utilizar llaves que tengan algún desperfecto, por ejemplo que estén dobladas. Aunque funcionen así, esto puede ir generando daños internos a la cerradura, haciendo que su período de vida útil se reduzca.
Por otro lado, la llave siempre debe ser introducida completa, hasta que llegue al punto correcto para después girarla. De no hacerlo, se estaría sometiendo a un forzamiento innecesario tanto a la llave como a la cerradura, pudiendo ocasionar que la primera se rompa y quede algún trozo incrustado. Si esto llegase a ocurrir, lo mejor será contactar con algún servicio de cerrajería profesional.
Asimismo, se deberá evitar hacer presión sobre la llave para abrir la puerta. Para ejercer esta función está el picaporte. Cuando se somete la llave a mucha presión puede ocasionar el mismo problema mencionado en el párrafo anterior.
Otro elemento a mencionar respecto a las llaves es que estas no deben permanecer dentro de la cerradura por más tiempo del necesario. Existen personas que cierran tras de sí la puerta, echan el seguro y dejan puesta allí la llave para tenerla más rápido a mano al día siguiente. Esta es una mala práctica que puede hacer que se desgaste la mecánica interna del producto.
¿Cuándo se debe realizar un mantenimiento?
No se trata de un mantenimiento preventivo ni planificado. No es correcto, aunque sea difícil de asumir, realizar este procedimiento de forma mensual, por ejemplo, porque puede ser contraproducente.
El momento adecuado se generará en el instante justo en que la cerradura empiece a fallar. Esto es fácil de notar porque cuesta girar la llave, no entra con facilidad, se queda atascada al intentar sacarla, etc.
El mayor problema de no actuar con rapidez en este asunto es que se puede generar un atasco en la puerta con el seguro, y quedar inutilizada momentáneamente. De no ser así, se puede aplicar el procedimiento siguiente, que es bastante simple. Un dato importante es mantener la puerta abierta para tener acceso a la cerradura por ambos lados.
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Con un destornillador se sacan todos los tornillos que sujetan la cerradura, cuidando de tenerlos a mano para cuando el proceso finalice.
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Hay que extraer la manilla y el embellecedor que siempre se coloca, y con eso se tendrá acceso al mecanismo interno de la cerradura.
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Con la ayuda de un cepillo de dientes viejo, se procede a eliminar todo el polvo. Este proceso se debe realizar con suavidad para no causar ningún daño a la estructura.
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Será necesario, como se mencionó anteriormente, aplicarle grafito. Este generalmente se consigue en tiendas orientadas a este tipo de productos e incluye un aplicador, lo que hará que el procedimiento sea más fácil.
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Para finalizar, se vuelven a colocar todos los implementos y a dejar la cerradura tal y como estaba al inicio.
Después de esto debería volver a funcionar con normalidad. De no ser así, es mejor contactar con un especialista que emita su opinión sobre la necesidad de sustituirla.
Fuente: Te Interesa